sábado, 5 de marzo de 2011

2º intento a Sierra Mágina con nieve (20 Febrero 2011)


Desde la carretera de Cuadros vemos Sierra Mágina

     

       Partimos de nuevo desde el sendero que nace más arriba del "valle" y con una climatología más amenazante, iniciamos la subida hacia nuestro objetivo. Hora de partida 9:00 horas. Cielo bastante nublado y más frío que la vez anterior, pero muchas ganas de hacer la travesía.

A mitad del sendero

       Pronto nos encontramos con la nieve, y muy pendientes de las previsiones metereológicas, que informaban de lluvia ligera sobre las 12 de la mañana y durante un par de horas, aceleramos la marcha para llegar al carril en algo menos de 45 minutos.

        Una vez llegados a este punto, la nieve hace acto de presencia anunciando que la marcha podría complicarse muy pronto, y así fue. Recorridos un par de kilómetros, notamos la incomodidad debido a su espesor y su poca dureza.



        Con pocos indicios de compañía, sorprendentemente encontramos a una simpática pareja que subía en coche hasta donde les fue posible llegar viéndose obstaculizados por la abundante nieve. Nuestra primera impresión fue "están locos,...¿pero a dónde van con el coche por el carril con estas condiciones?". ¿Quién nos iba a decir que el encanto de nuestra visita a Sierra Mágina sería la consecuencia de encontrarnos con Andrés y Teresa? Pues bien, nos presentamos y continuamos la subida junto a ellos, charlando y compartiendo anécdotas. Curiosamente tenían más experiencia que nosotros en salidas a la montaña, pero cuando los vimos aparecer con el coche, jejeje, la verdad que nos quedamos un poco sorprendidos por su atrevimiento. Aunque ignoramos que el atrevimiento fue el nuestro cuando más arriba comprobamos las condiciones y reflexionamos sobre nuestro objetivo.

Lola junto a Teresa y Andrés


La cámara de Andrés hizo un buen trabajo
           Llegando al caño del aguadero, nos despedimos y ellos continuaron hacia la fuente del espino por el carril, sin embargo nosotros, nos adentramos en la nieve profunda en dirección cima, por lo que se supone era una vereda con algunos hitos, pero....¿Dónde estaba la vereda? Esta vez no había huella alguna y la nieve caída durante días atrás sobre más nieve, anunciaba nuestro frustado intento.


Vemos el barracón de los pastores y muchísima nieve


Adentrados en terreno hostil dirección a la cima. Abajo el carril

Niebla, lluvia y nieve


       El colmo fue a eso de las 11:30, donde el cielo todo oscuro dio paso a esa anunciada lluvia, que pronto pasó a ser nieve muy fina y en ese momento la imponente aparición de la niebla provocó que nos parásemos a pensar de nuevo. ¡¡Joder!! ¿Qué hacemos ahora? Sólo estábamos a 1600 metros aprox. y con nieve casi hasta la cintura. No se si fue la sensación de miedo la que provocó la decisión más prudente, ya que, disponíamos de tiempo suficiente para conseguir el objetivo, pero la cuestión es que decidimos darnos la vuelta, eso sí, antes nos comimos una bolsa de "gusanitos" que llevaba visible en la mochila y curiosamente fue motivo de risa para Andrés y Teresa. Ellos debieron pensar cuando nos adelantaron con el coche por el carril..."estos chicos con su mochila y ese bolsón de gusanitos, jajaja". Mas yo creo que, en realidad, fue algo de envidia porque a Teresa le gustaban también y no imaginaba ni de coña vernos con ese pedazo de bolsón allí arriba.



       ¿Fue el destino? ¿Casualidad? No lo se. Como bien dice Andrés "las cosas no pasan por casualidad sino por causalidad". La cuestión es que volvimos a encontrarnos en el mismo punto que nos despedimos, pasada algo más de una hora y media. Sorprendidos de nuevo, echamos unas risas, algunas fotos más y continuamos la bajada junto a ellos.

       Finalmente, después de un agradable paseo en compañía, llegamos al coche de Andrés, donde de nuevo despida y emplazamiento para próximas salidas a la montaña. Continuamos por el sendero hasta llegar a nuestro vehículo.

       Otra vez nos quedamos con las ganas de hacer cima. Sin embargo, la grata compañía de Andrés y Teresa hizo que mereciera la pena esta travesía "frustada".

       Nuestros agradecimientos a Teresa y Andrés.

       Un saludo,

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